Los elefantes enlodados y cansados
y los rinocerontes sin moverse
las cebras como estúpidos tallos muertos
los leones no rugen
nada les interesa
los buitres hartos de comida
los cocodrilos sin movimiento
y había una extraña clase de mono ahí.
se me olvida su nombre,
estaba sobre el entrepaño, este macho,
y se montó a la hembra y se vino en ella,
terminó,
cayó sobre su espalda y sonrió; le
dije a mi compañera,
vámonos, al fin algo sucedió.
en mi apartamento hablamos de ello.
el zoológico es un lugar muy triste, dije,
quitándome la ropa.
sólo esos dos monos parecían felices, dijo ella,
quitándose la suya.
¿te fijaste en la cara del mono?,
pregunté.
así te verás tu después,
me dijo.
después en el espejo miré una
extraña clase de mono y
me pregunté acerca de las jirafas
y los rinocerontes y los elefantes, especialmente
los elefantes.
tendremos que ir
nuevamente
al zoológico.
Charles Bukowski
Zoológico
Quemado en agua, ahogado en una llama